El mundo de las ahuianis —las jóvenes “alegradoras” del mundo nahua— es perturbado por la llegada de un extranjero proveniente de Cuextlan, el país de los huastecos. Este joven ágil, alburero y atractivo, llamado Tohuenyo, las seduce. Finalmente las ahuianis —luego de un jugueteo erótico— abandonan al Tohuenyo, que cae en desdicha. La historia cambia con la súbita aparición de Xochipilli, númen mexicano de las flores, la música, el amor juvenil y las enfermedades venéreas, quien le obsequia una huilacapiztli (ocarina en forma de pájaro) al Tohuenyo, consolándolo con la música y haciendo alusión a lo efímero de la existencia sobre la tierra. En síntesis, la obra refiere al acto sexual como analogía de la vida, intensa y breve, animosa y fugaz, en la que las contrariedades humanas parecen ser el único hilo conductor.